Vida

Ni que decir tiene,
que está usted invitada a mis pálpitos,
a sentarse justo a mi lado,
a mirar lo que yo miro,
a ver ese solecito de la mañana
y meterse entre mis sábanas.
Déjeme que la convide
a vivir mis ratitos con prisas,
sin pausas ni remilgos.
Vengase a brindar un rato
cada segundo que pasa
entre una risa y un baile,
destrozando las cuerdas
que amarran las ganas.
Y no me consienta un suspiro
que el aire ya no me sustenta,
no me deje dormir si no me despierta
arrullado entre un palmo y otro
de su espalda y su vientre.
No me permita soñar con verla,
yo quiero besarla, morderla, sentirla,
así que dese por enterada
y no me venga con excusas
que aquí me tiene embobado
para lo que usted quiera mandar.