Hauria

Hauria d’haver-te dit que les mans
estaven buides de no sentir-te.
Hauria d’haver-te dit que les raons m’esfugiren
de tant en tant com la pluja.
Abans de sentir-te oblidava el teu cant
i si no fos el que soc, ni el que dic,
no hauries d’haver endevinat
que lluny dels teus ulls no hi ha miracles,
que la nit és de vegades llarga i fosca,
que tu, com jo, som estranys
i que no et conec, ets tu, soc jo.
Ara em diuen que estàs lluny,
ara em diuen que ja no hi ets.
Després d’haver fugit, ja no sóc ací,
però sent les teues mans buides,
buides com ahir.

Lejos

Cajones vacíos te acompañan
intentas no irte, no tener prisa,
y te persigue el tiempo
el que has perdido, el que ganas,
las risas olvidadas y alguna lágrima.
Buscas lo que nunca te arropa
entre las manos que te huyen
y persigues estar, sin ser, ni querer,
adiós quizá a los estrépitos,
a las riñas de amantes cansados.

Cuando tú me olvides, yo seré,
cuando yo te olvide, tú reirás,
en tu infinita perfecta feminidad,
sin temor, sin quiebros, solo tú.
Y ahora, siquiera nadie, sin mi,
lejos sin haberme ido, pero lejos,
olvidado sin recordarme, sin mi,
ya no me duele, de ti, ni de mi.

Temo

Le temes a la muerte le preguntaron,
y él dijo, no, a la muerte no.
Temo morirme,
temo no ver el sol en las madrugadas,
temo no mojar mis manos con el rocío,
temo no calar mis huesos con la lluvia,
temo no sentir el temblor de tus carnes
cuando te rozo.
Temo no ver tus ojos mirándome,
temo despertar,
temo dormirme,
temo sentir que ya no estás.
Temor a la muerte, no,
la muerte,
qué sabrá esa lo que es morirse.

Judas

Judas

Firulí, firulá, el mundo se va a acabar.
Unos lo amamantan,
otros lo degüellan.
Firulí, firulá, el mundo se va a acabar.
Suenan los tambores, las cornetas,
afila el pedernal,
grita lo que nadie oirá.
Te retuerces sin tener tumba.
Aún no, espera sin piedad.
Judas y sus monedas,
apenas arrepentido,
ahora henchido, pavo sin cola,
ni judas te perdonará,
Firulí, firulá, donde irás a robar.

Caja de música

 

Parfois, je me souviens de toi,
rarement,
parfois je te rêve,
souvent.
Et quand tu es là,
à peine je te vois,
à peine perceptible entre mes mains,
tu t’échappes,
rêve parmi les rêves,
comme une goutte d’eau froide,
comme un matin sans rires,
sans ta bouche,
sans toi.

Et je me tais,
et toi, tu ne parles pas,
tournant en rond,
enfermée
dans le ruban de ma boîte,
ma boîte à musique.

A veces te recuerdo,
las menos,
a veces te sueño,
las más,
y cuando estás aquí
apenas si te veo,
apenas perceptible entre mis manos
te escurres,
sueño entre sueños,
como gota de agua fría
como mañana sin risas,
sin tu boca,
sin ti,
y me callo,
y tú no hablas,
dando vueltas,
encerrada
en la cinta de mi caja,
mi caja de música.

Es tarde

Huir, a veces huyo
de mi, de ti y de nosotros.
Descerrájame una vida,
entre las pupilas,
entre las manos.
Huye sin tenerme
ni quererme, yerma.
Donde voy, no lo sabes,
excelsa carne olvidada.

A veces siento que es
demasiado tarde para nada.

Y a veces siento que es
demasiado pronto para todo.

Y entre la nada y el todo,
entre tan lejos y tan cerca,
no puedo refugiarme en las voces.

Infinitas palabras discordes
que no puedo decir,
ni siquiera puedo sentir.

No sé si tus ojos me miran,
no sé si tus manos me tocan,
y mientras, me ausento en mi, de ti,
y no llego, corriendo no llego,
gritando no digo, y callo
por no ver tu sonrisa,
por no recordar, ni sentir,
ni palpitar, ni amar, ni reir.

Fugaz la tarde me evade,
tiene prisa de mi, sin ti,
y la noche me acecha
oscura, infinitamente oscura.

A veces te siento,
y siento que es pronto.

A veces te recuerdo,
y sé que es tarde.

Tardor de les paraules

A l’abric de les meues paraules
em sent a cobert de la pluja.

No oblide l’encant de les fulles,
lliures d’haver estimat l’aire,
engrunsades fins a la terra daurada.

Però no cregues que escric
perquè vull volar amb elles,
escric perquè no sé a on ficar-les,
les paraules, mullades de la meua tardor,
veus impossibles d’alçar el vol.

El carrer s’enfosca
i jo cride als arbres nus,
nomene cada una de les fulles
desitjant la seua abraçada,
però no m’escolten, jugarrines,
escodrinye el riure dels ocells
amagats entre les branques,
mentre les paraules s’amuntonen
a les portes del crit.

Puc sentir-les, puc palpar-les,
no em són desconegudes,
paraules sense veu, d’endins,

Mai no m’escolte, en mi mateix,
però faig de menys el silenci
lluny de les paraules no dites.

Trapecista

Hace frío aquí arriba,
en el trapecio de las verdades.
Callo lo que nunca dije ni diré.
Arlequín me baila, Pierrot me susurra.
Me imagino volando,
columpiándome sin red y sin trapecios
de cuerda en cuerda, altas, altas.
No supe llegar arriba,
no supe abandonar las fauces
de las alimañas en el foso
y no consigo
abrazar a la trapecista.
No tengo red ni sé volar,
no sabía cuál era su sueño,
triste y perdida
la trapecista me imaginó a su lado,
caminé sin verla
era demasiado alto, no supe llegar
y había cocodrilos, leones y elefantes.
Ojalá no sea nada,
ojalá no quede nada.
Vida y olvido.
Cuando caiga al vacío,
tiempo de reír, sonreír,
Aráñame con uñas de porcelana
entre las manos vacías,
no fui capaz de reír sin miedo.
Hubiera querido tan solo una sonrisa
y no fui capaz,
entre las no sonrisas me falta el aire
y pretendo sin tener ni idea.
No fui capaz.
No había nada, nada.
Y en la nada el dolor se difuminaba.
Dejaba las manos rotas
Llenas, repletas de nada.
Unas gotas de vino blanco
en las que nada es real,
y todo te envuelve.
Triste en mi podredumbre
ojalá no haya nada,
no sea nada.
Ponzoñosamente ciertas,
la vida y el olvido,
dos letras y pocas palabras más,
dos, ni tú ni yo, pero dos.
Ojalá encuentres tu tú
mientras mi yo me abandona.
No siempre puedes tener
lo que quieres, y yo,
yo no puedo tener
mi tiempo de perder.
Irá, iré, pero no vendrá.
No lo veo, por mucho que insistas no lo veo.
No veo que puedas amar
sin romper tus uñas de porcelana.
No lo veo, no puedo mirarte.
Todos y ninguno,
mis sueños vacíos
en habitaciones vacías.
Una cama y un dintel,
la gloria de un adiós.
Furtiva en la recepción,
habitaciones vacías.
Apenas una cama y un dintel,
vacíos, y un adiós.
Recógeme en recepción,
dile al botones
que pierda mis maletas
y tú, aléjate de la puerta.
Folclórica de la nieve,
ventisca del carbón.
Siento la rabia
el éxodo de mis huellas
entre tus carnes olvidadas.
Lástima, sin dama, sin pudor,
cualquiera es mejor que tú,
cualquiera es mejor que yo,
pero vente y piérdete, conmigo,
arrebata un ápice de amor
donde el árbol ya marchitó
y colúmpiate conmigo
aquí arriba, sin red ni miedo.

Poemas musicalizados

La mar

Cuentos

Guerra

Gotas

Palabras

Corre

Démons

Invitada

Luna

Ay amor

Sóc

Gato perdido

Engrunsat

Tango a dos

Primavera

Veu

El niño

A veces amo

Vida y muerte

No

No hubiera sido lo mismo,
tenerte y perderte,
no hubiera sido ni parecido
el asomo de saber que estás
cuando ya no estás.
Pero resulta que no, que no,
no estás ni me recuerdas
y yo, yo, yo no estoy ni te recuerdo
y el ocaso de lo venido,
no es lo sobrevenido
ni lo vivido, ni lo acontecido
Es el olvido en que mora tu recuerdo
donde yo lo dejé, recuerdas?
El minuto en que forjé
la lágrima en la que habitas
la sonrisa en que bailabas
y ahora, moro en tus entrañas
inquietas de mis pálpitos
y me desvanezco en tus manos.
Escóndeme en tu rostro,
ocúltame en tus manos,
mientras me resisto a perder
el instante en que te asomas
perdiéndome, sin recordarme.